Hace algunos días la Revista Science, los periódicos y medios informativos del mundo, informaron el hallazgo y publicación de Ardipithecus ramidus (White, 1984), un género específico de homínido que vivió hace unos 4.5 ma. y que probablemente corresponda a un género importante dentro del árbol filogenético que conduce a la evolución humana.
La familia Hominidae (Gray, 1825, Shoshani, Groves et alt., 1996) comprende al género Homo - el hombre moderno y sus ancestros (Linnaeus, 1758) y sus más cercanos parientes, orangutanes, gorilas, chimpancés y bononos, y también incluye géneros fósiles como los australopitecos, y algunos anteriores a ellos como Sahelanthropus tchadensis (Brunet et al., 2002) y Orrorín tugenensis (Senut & Pickford, 2001).
Se piensa que Ardipithecus, el nuevo género informado por la prensa, sería descendiente de Sahelanthropus y de Orrorín. Este género es conocido desde hace ya un tiempo, a partir de restos mandibulares encontrados en Etiopía (Africa) y no había alcanzado mucha connotación ya que resultaba extraordinariamente semejante, en cuanto a rasgos dentales, al actual género Pan (Oken, 1816), que comprende a los chimpancés y bononos, siendo en consecuencia clasificado en una línea estrechamente relacionada con los grandes simios actuales y más bien alejada del hombre.
Sin embargo, hallazgos posteriores que comprenden no sólo partes del cráneo sino restos de vértebras, pelvis y extremidades, han llevado a revisar su posición filogenética, ubicándolo en opinión de los investigadores que realizaron el hallazgo, en una línea bastante más cercana al ser humano, compartiendo probablemente con el hombre la condición bípeda, rasgo este último que es discutido por otros investigadores.
Recordemos que antiguamente los primates superiores eran comprendidos en la superfamilia Hominoidea, que a su vez comprendía a las familias Hylobatidae (gibones), Pongidae (Gorila, orangután, chimpancés) y Hominidae (hombre y sus antepasados bípedos).
Sin embargo, la sistemática cladística, que se ha impuesto especialmente en el ámbito paleontológico en los últimos años, ha demostrado que el esquema taxonómico tradicional no era el más adecuado, ya que la familia Pongidae aparece como un grupo parafilético (en taxonomía un grupo que incluye al antepasado común de sus miembros, pero no a todos sus descendientes) y que se produce cuando un clado o rama evolutiva es sustraido dentro de un clado más inclusivo.
En este nuevo contexto, la Familia Hominidae se divide a su vez en dos Subfamilias denominadas Ponginae (orángutan) y Homininae (gorila, chimpancé, hombre y sus antepasados evolutivos), que se subdivide en dos tribus Gorillini (gorila) y Hominini (chimpancé, el hombre y sus antepasados evolutivos bípedos).
Según se desprende del registro fósil, el género Ardipithecus guardaría una relación mucho más estrecha con el chimpancé que con el hombre, constituyendo probablemente una divergencia producida antes de la aparición de los australopithecus y que conduciría hacia el linaje evolutivo de los chimpancés. De hecho, los rasgos dentales de este primate son en muchos aspectos semejantes a los de los actuales chimpancés y bononos. Algunos taxónomos ubican a Ardipithecus como un ancestro directo de los australopithecus, una ubicación que no arroja consenso entre los investigadores ya que los los fósiles encontrados evidencian rasgos más simiescos que éstos y una menor corpulencia.
Ardipithecus, está siendo meticulosamente estudiado a fin de que pueda aportar nuevos antecendentes que permitan aclarar su real posición taxonómica. De momento, las opiniones están divididas, aunque lo más plausible es que este género fósil, al igual que sucede con Sahelanthropus y Orrorín, constituya una divergencia en la base de Hominini y que conduce a los chimpancés.
Roberto Díaz Aros
Director
Centro de Estudios Paleontológicos de Chile
Santiago, octubre de 2009.